A propósito del Dí­a del Idioma

Manuel de Jesús Pineda y Sara Rolla


El 23 de abril de 1616 murió el gran escritor español Miguel de Cervantes Saavedra. Y como una manera de rendirle homenaje, en nuestro país, por acuerdo gubernamental, esa fecha ha sido escogida para celebrar el Día del Idioma.

Con tal propósito, ese día, en las diferentes instituciones educativas se realiza una serie de actos (concursos, conferencias, periódicos, murales, etc.) que tienen como finalidad despertar un mayor interés por el conocimiento y preservación del idioma español.

Los problemas que atañen a la conservación del idioma no son sencillos: van desde las deficiencias mismas de su enseñanza —con miles de escolares reprobados anualmente en la materia de Español—, hasta las sutiles o desembozadas formas de agresión que el idioma soporta diariamente, sobre todo por su uso irresponsable, tan frecuente en algunos medios de comunicación masiva.

Pobreza de vocabulario, deficiente ortografía, mala redacción, escaso nivel de comprensión de la lectura, uso innecesario de extranjerismos, introyección de patrones culturales a través de los mismos, etc., son algunas consecuencias que se derivan de esta situación.

Por ello es importante la celebración del Día del Idioma. Sin embargo, la reflexión sobre la lengua española no tiene que ser algo ocasional, circunscrito a los actos académicos en colegios e instituciones. Debe convertirse en una actitud mental de permanente vigilancia sobre las formas expresivas, entendiendo que éstas, en última instancia, sólo son la manifestación del grado de control que ejercemos sobre las formas de pensamiento.

Por lo anteriormente expresado y con el afán de contribuir a las celebraciones del Día del Idioma Español, en marzo de 1986, la revista Tragaluz ofreció, a las instituciones educativas del país, esta sección especialmente dedicada al gran maestro de la lengua española: el inmortal Miguel de Cervantes Saavedra. Dada su pertinencia y gran utilidad didáctica, Editorial Guaymuras la reproduce nuevamente con el mismo afán que, en su momento, inspiró a los redactores de la revista Tragaluz.

Primera edición, abril 2009, 28 pp.
L 70.00 / US$ 3.25